Marzo de 2020, todos comenzamos con algo llamado pandemia, del que creemos sabemos mucho y definitivamente entendemos muy poco. Trabajar a distancia se volvió la norma para los privilegiados, pero a menos que estuvieras en el mejor lugar mental posible, la pandemia se convertiría en tu peor enemigo. Todo se volvió un rato, como comer en pandemia.
Ahora te cuento porque comer en pandemia me salvó
¿Cómo mantener la sanidad cuando tienes miedo de morir a cada 5 minutos? Tengo una tos -una solita- se me para el corazón y pienso ¡Me voy a morir! Ciertamente poco a poco, algunos sustos pasaron a ser menos relevantes y uno comenzó a llevar la fiesta más en paz, pero ¿cómo? ¿Qué herramienta te ayudó a ti?
La mía es fácil, la comida. Pero no cualquier comida, no pedir un delivery, o comer alguna cosa sencilla. Lo que me salvó fue cocinar cada día como si no estuviera en mi casa, como si fuera a un restaurante. Y así comencé a pasar por toda la geografía que me provocaba. Muchas veces no fue fácil, pero los platillos pasaron por tantos sitios como pude. Y bueno, yo tengo problemas para seguir recetas así que terminé, como siempre, improvisando. Comer en pandemia se volvió un privilegio.
Improvisa en la cocina
El improv en la cocina es cualquier cosa menos sencillo, no cualquiera puede hacerlo y definitivamente, no es necesario. Pero a mi me gusta inventar, crear mis recetas, mis sabores. Además soy algo floja, así que medir y llevar las cuentas exactas es bien aburrido. Eso me lleva a tener siempre muchos ensayos y error.
¿Cuál es el secreto de los panes? Para mi depende del pan, pero casi siempre se reduce a dos cosas: amasar, amasar, levadura, levadura. No puedes hacer ningún pan decente si no cumples con los dictámenes de la sociedad secreta. ¿Necesitas entender algo más? Sí, hacer pan es duro siempre duele la espalda y siempre te hace falta amasar un poco más. Claro, todo esto es evitable y fácilmente resuelto con una batidora de gancho… Oh, quien tuviera una. Pero el reto de hacer pan fue posible solo porque comer en pandemia lo ameritaba.
Ya de ahí en adelante la cosa comienza a variar y ser siempre interesante. No hay límite en cómo cocinar un pescado, cómo cocinar un bistec. ¿Cuáles son tus opciones vegetarianas? Yo tengo una exigencia, los lunes son libres de carne, de hecho vegetarianos y casi siempre trato de que sean veganos. La ingesta de proteína animal puede y debe reducirse más días, pero los lunes, siempre.
No es fácil balancear con la ingesta de proteínas, en especial porque los granos no suelen ser mis mejores amigos. Existe el tempeh, tofu, champiñones, berenjena y tantas otras cosas que pueden ayudarte a hacer un plato balanceado. No quiero negar que suelo sentir una terrible necesidad de comer risotto de champiñones. Una receta que tengo más de 10 años haciendo y perfeccionando.
¿Qué reflexión te dejo?
La danza en la cocina se basa en: improvisar, desear y dejarse llevar. A veces suena un fondo musical que logra guiarte, otras debes seguir una receta, como para no perder el hilo. Siempre me inspiro en todo tipo de cocina, si es desayuno, almuerzo, cena y merienda. No es sorpresa que un día quiera tener asiático y otro italiano. ¿Qué tal comida india? Los aromas son capaces de llenar poco a poco todos los rincones de tu casa y sí, finalmente olvidas la pandemia.
