Del fake news al crowd accelerated Innovation

Suena como que todo lo que tenemos hoy en día, gracias a las redes sociales y el internet es malo. Ahora todos son opinadores profesionales, fácilmente una matriz de opinión peligrosa puede posicionarse y tumbar todo lo que queda como razonable. Tenemos terraplanistas, antivacunas, pizzagate y cuantos desastres más, pero ¿Es todo malo? ¿Qué hay rescatable? ¿Es todo fake news?

¿CÓMO DIFERENCIAR?

Muchos fenómenos comenzaron a aparecer y cambiar gracias a la aparición del internet comercial y la masificación de los dispositivos de conexión: computadoras, teléfonos celulares, etc. Recuerdo cuando los blogs aparecieron por primera vez, eran geniales: ventanas a los pensamientos, teorías y conocimientos de tantos, desde la comodidad de tu hogar, sin pagar, a tu tiempo y discreción.

Uno de los problemas, o retos que tenían los blogs era la forma de búsqueda de la información. Para esos días había una guerra más fuerte de buscadores, los algoritmos quizá no eran tan sencillos y, terminabas brincando de post en post gracias a las mismas sugerencias que te generaban las plataformas. Algunos blogs lograron romper la barrera y se volvieron masificables, muchos otros no.

Nacen las fake news

Pero no existían muros mundiales dónde la información estaba indexada y fácilmente absorbible. Por increíble que parezca, eso que tenemos hoy en día vino a tener lugar fue con Youtube. Con un motor de buscada mucho más rudimentario que el actual, el buscador te permitía llegar a cosas fácilmente, te permitía además de encontrar noticias hacerlas y de ahí el paso estaba pavimentado para llegar a las fake news. 

Los blogs no estaban olvidados, pero simplemente no eran tan masificables como Youtube, un vídeo es mucho más sencillo de procesar, pero además el sistema del blog, no era el más fácil. Los siguientes años fueron turbios internet era un espacio abierto, había demasiada oportunidad y un mercado aún sin ser usado. Pasamos de Myspace y Hi5 a la hegemonía de Facebook y Twitter, dónde ocurrieron dos cosas. La primera fue la organización social del microbloggin y la capacidad de socializar, globalmente en un sitio que lo contenía todo.

A partir de ahí, el resto es historia. La forma en la que comenzamos a procesar la información se centralizó en tres tipos de formato: vídeo en Youtube, socialización en Facebook, microbloggin con Twitter. ¿Prefiero leer una noticia de un diario respetable impresa o quizá leer actualizaciones de alguien que sigo en Twitter sobre el mismo tema? ¿Prefiero pasar horas haciendo browsing online en diferentes blogs y páginas web, o es más fácil jugar y chatear con mis amigos en Facebook?

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Crowd accelerated innovation

Pero el formato de Youtube es otro, ahí puedo encontrar lo que quiera sin socializar. Puedo aprender algo, escuchar música, entender cosas que antes me habrían tomado horas y hasta hubiese tendió que asistir a alguna clase. El conocimiento fue acelerado, en este caso el término sería el conocimiento fue acelerado por las masas, acuñado por primera vez por Chris Anderson, CEO de TED. Su planteamiento se basa en que es más fácil aprender y comprender cuando hay contacto visual con quien te enseña con algo más que simples palabras escritas. La masificación y uso de Youtube permite que compartas también lo que sabes y aprendiste, acelerando el conocimiento por las masas.

Puedes aprender una receta de cocina, luego volverte experto en ella y finalmente hacer un vídeo explicando tu versión de la receta. Puedes, simplemente aprender un proceso matemático, pasar la materia de la universidad y luego hacer vídeos tutoriales para otros que tuvieron problemas como el tuyo. Esto es la innovación acelerada por las masas (Crowd accelerated innovation). (También conocimiento)

¿Por qué nos confundimos entre una cosa y otra?

¿Pero cuando pasamos de convertir el conocimiento y la innovación en un fake news? ¿Cuando comenzamos a crear ficción y a creeerla como cierta?. Este es un tema largo, complejo, del que solo podré adentrarme en algunos detalles, uno de los cuales es, que hemos cambiado el esquema. Pasamos de vivir en sociedades aisladas, únicas e individuales dónde nos encontrábamos en puntos medios en un ambiente externo y cordial a llevar nuestra intimidad al todo.

Nos parecemos más a una sociedad que vive toda en un grupo de chozas, siguiendo un espécimen alfa y nos dejamos llevar por lo que digan que a los iluminados, tipo revolución francesa. Con lo esnobista del comentario no quiero decir que los iluminados de la revolución francesa, que degollaron más de 300.000 franceses para probar su punto, son un buen punto de referencia. Realmente hoy en día hemos evolucionado para “mejor”, pero hay consecuencias. Las guillotinas son más una cultura de cancelación, somos víctimas de corrección política, etc. 

Las consecuencias de llevar tu intimidad a las redes sociales va de dos maneras, las barreras bajan y comenzamos a tener confianza, como si fuéramos amigos, cómo si fuéramos íntimos. Perdemos la capacidad de diferenciar la realidad de la ficción porque la realidad es, de una manera muy sutil una forma de ficción. 

El motivo por el cual se hace fácil creer en una noticia falsa es porque luce igual que la noticia verdadera, pero tiene un componente especial: nos parece lógica. Las fake news trabajan alrededor de convencer y encantar con la noción de verdad, lógica y sentido común, confirmando aquellas cosas que damos por sentado del mundo, que suelen ser falsas. 

Nos hemos desdoblado y vivimos de una manera en la que confundimos un mensaje, con una historia, una película con un hecho. No diferenciamos opiniones de argumentos. Vivimos dentro de la narrativa del siglo XXI pensando y actuando como si fuéramos personajes y no lectores. Fuimos absortos por la matrix. 

¿Qué podemos hacer? Tratar de empezar a vivir en el mundo real.